miércoles, 27 de junio de 2012

AUTORIAD Y DISCIPLINA

Cuando la autoridad paterna se manifiesta adecuadamente ayuda al hijo (a) a desarrollar su capacidad para vivir con libertad y responsabilidad. Por deber y por derecho, los padres se convierten en una figura de autoridad para los hijos y esa autoridad tienen un fundamento moral cuando se pone al servicio de ellos con el objetivo de que alcancen el desarrollo pleno de su pòtencial y su crecimiento personal.

A la autoridad paterna corresponde marcar la disciplina que debe vivirse en el hogar, misma que se manifiesta por medio de normas, reglas y límites que permiten al hijo desarrollar hábitos, conductas y actitudes útiles para su adapración social y para su desarrollo integral.

En la actualidad, todavía en muchos hogares la palabra disciplina se sigue relacionando con el autoritarismo, los castigos, las prohibiciones irracionales y la violencia. Ante esto, algunos padres que no se sienten cómodos con dicho patrón, pero que son incapaces de construir uno nuevo, terminar por abdicar como figuras de autoridad.

En un sentido positivo, la disciplina tiene como objetivo que la persona, ya sea que transite por la infancia o por la adolescencia, aprenda a disciplinarse a sí misma, adquiera la virtud del autocontrol y al creer tenga los recursos para vivir con autonomía; es decir, que sepa hacerse cargo de sí misma.

El ejercicio adecuado de la disciplina es un acto subsidiario mediante el cual el más grande hace lo que aún no puede realizar el más pequeño, pero únicamente mientras éste adquiere la capacidad para hacerlo por sí mismo. Cuando los hijos son pequeños resulta obvio que no cuentan con la experiencia, la información y los conocimientos necesarios para elegir aquello que más les conviene, circunstancia que va cambiando al ritmo del crecimiento. En ese proceso los padres les prestamos a los hijos las reglas que creeemos, con la condición de que las utilicen mientras construyen sus propias normas.

Castrejón, N. Descubre a tu Adolescente. 2004


miércoles, 20 de junio de 2012

CAMBIOS PSICOLÓGICOS

Aunque muchos comportamientos y actitudes del adolescente parezcan incomprensibles e injustificados, poseen una lógica y son productos de circunstancias plenamente indiferentes.

Hay tres puntos generales que necesitan ponderarse previamente para comprender que necesitan ponderarse previamente para comprender las motivaciones de la aparente conducta caótica de los adolescentes:

1. La adolescencia es una etapa de transición y entraña comportamientos imprevistos.

En la adolescencia inicial, cuando empieza a dar sus primeros pasos, posiblemente experimente varias dificultades para adaptarse a las exigencias del medio. Si logra resolver el acertijo de adaptación podrá vivir con más calma los siguientes años, pero al final de la adolescencia se experimente una nueva sacudida.

2. Los padres quieren que los hijos cumplan expectativas.

Muchos padres no entienden el comportamiento irreverente de sus adolescente porque creen que les han brindado la mejor educación, los ejemplos más apropiados y la moral más justa. Pero el adolescente necesita aires frescos más que el formalismo y la tradición, que no siempre satisfacen. Cuando se tiene una adolescente en casa, la familia tiene la oportunidad de renovarse, plastificarse y crecer junto con su hijo.

En general, los adolescentes protestan si se sienten disgustados y evitarán sujetarse a situaciones que les parezcan incorrectas. Un joven correcto y asimilado a la cultura, que se ajusta puntualmente a los ideales paternos, no es garantía de qué éste viviendo una adolescencia exitosa. Cubrir o frustrar las expectativas de los padres es un criterio extemporáneo y poco útil. La atención debe enfocarse en las necesidades y en la maduración de la personalidad del adolescente. En realidad muchos de los comportamientos difíciles que censuran los padres son inofensivos y pueden conciliarse con un poco tacto y disposición.

3. La influencia de la historia de vida y del tiempo de familia define las experiencias del joven.

No todos los adolescentes llegan igual de equipados a esta etapa. Algunos gozan de un pasado emocional próspero y agradable y otros se han enfrentado a situaciones difíciles y traumáticas que restringen ámbito de vida, aunque pretendan olvidarlas o restarles importancia.

El carácter sólido o endeble de su estructura psicológica determinará la forma en que responderán a este nuevo reto de la vida.

Los jóvenes que han logrado cubrir sus necesidades previas podrán asimilar  los cambios de la edad con relativa facilidad y espontaneidad. Sabrán identificar sus emociones negativas y canalizarlas en actividades provechosas, se orientarán hacia objetivos claros. Lo más común es que el adolescente se enfrente a algunas dificultades. Los graves problemas sociales y económicos que azotan al mundo estremecen las estructuras familiares y, con ello, los jóvenes se convierten en un sector altamente vulnerable. Si el adolescente arrastra lastres pesados de su historia personal y proviene de una familia más bien disfuncional su paso por esta etapa será mucho más difícil.

Los cambios psicológicos de la adolescencia estará dirigidos a promover la maduración personal. La adolescencia puede ser una etapa feliz de la vida y una experiencia maravillosa, llena de asombro y pasión. sin embargo, los lastres de la historia personal del joven y las características de su grupo familiar pueden impedir el libre flujo de la energía de crecimiento

Castrejon, N. Descubre a tu adolescente.2004


miércoles, 13 de junio de 2012

HOMOSEXUALIDAD

Muchos jóvenes tienen una o más experiencia homosexuales con frecuencia en los primeros años de la adolescencia (Dreyer, 1982). No obstante, estas experiencias no rigen la futura orientación sexual. En casi todas la sociedades y grupos étnicos, 5% de los adultos son homosexuales activos y casi el mismo porcentaje es bisexual.

Aunque los teóricos discrepan en lo que se refiere a las causas de la homosexualidad, en general opinan que la preferencia sexual no es algo que se elija. ¿Es de origen fundamentalmente biológico? En una revisión reciente, desde el punto de vista del desarrollo, Charlotte Patterson (1995) cita pruebas a favor de las causas ambientales y biológicas. En lo que respecta al ambiente, es posible que intervengan factores históricos y culturales. Otra posibilidad que conviene considerar es que se deba al abuso sexual, el cual puede causar una aversión externa al contacto con el sexo opuesto; en consecuencia, ante la falta de opciones el individuo tal vez busque relaciones con personas de su sexo. Pero, como observa Patterson, las investigaciones recientes se concentran en factores biológicos. Por ejemplo, desde temprana edad algunos niños se dan cuenta de que son "diferentes" y realizan una conducta transgénero que resulta un buen indicador de la homosexualidad en años posteriores.

Sin importar los orígenes de la homosexualidad, la identidad de género puede causar un gran estrés al adolescente homosexual o a la lesbiana. Estos dos grupos constituyen una pequeña minoría y la presión de los compañeros para que se ajusten a la población general es muy fuerte en la adolescencia. A menudo reciben poca o nula ayuda de sus padres y compañeros, y cuentan con muy pocos modelos aceptables, de ahí que se sientan terriblemente incomprendidos  en sus emociones y quizás opten por "ocultar sus secreto". A menudo los que declaran su preferencia sexual son objeto de ataques verbales e incluso físicos (D´Augelli, 1995). Se desmorona su autoestima y la depresión es común. No debe, pues, sorprendernos que quizá 30% de los adolescentes que intentan suicidarse sean homosexuales.

miércoles, 6 de junio de 2012

TAREAS DE DESARROLLO EN LA ADOLESCENCIA

Cada periodo de la vida plantea retos y problemas de desarrollo que exigen nuevas habilidades y respuestas. En general, los teóricos coinciden en que el adolescente debe encarar dos garndes desafios:

1. Lograr la autonomia y la interdependencia respecto de sus padres.
2. Formar una identidad, esto es, crear un Yo integral que combine en forma armoniosa varios elementos de la personalidad.

Se considera por tradición que la adolescencia es un periodo de crisis y tensiones, es decir, de una terrible confusión de emociones y de conductas.  Ana Freud, señalaba que "Ser normar durante este periodo es ya una anormalidad" (1958). Junto con otros freudianos sostuvo que el inicio de la maduración biológica y la intensificación de la pulsión sexual producen grandes conflictos entre los adolescentes y sus padres, sus compañeros y con ellos mismos.

¿Están los adolescentes en crisis constante? Algunos están, pero sabemos que no es así en la generalidad de los caos. La mayoría de ellos son personas  ajustadas y no tienen grandes conflictos con sus progenitores, con sus compañeros ni consigo mismo. La distancía emocional entre padres y adolescente aumenta durante los primeros años de adolescencia, esta tendencia no por fuerza genera rebeldía ni rechazo de los familiares. Se estima que apenas entre 10 y 20 por ciento sufren problemas psicológicos, porcentaje semejante al de los adultos de la población en general (1989)


Desarrollo Psicológico. Grace J Craig